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Nutricionistas

Una dieta saludable contribuye a una buena salud visual

Por La Asociación Colombiana de Glaucoma

La patología ocular y los problemas de salud visual constituyen un problema de primera importancia en salud pública alrededor del mundo.  La prevención de este tipo de discapacidad puede traducirse en un importante ahorro a nivel de atención sanitaria y disminuir su impacto social.

En el año 2002, cerca de 161 millones de personas presentaban algún nivel de discapacidad visual y, de estos, 37 millones sufrían de ceguera (1). La retinopatía diabética y el glaucoma dos de las enfermedades oculares crónicas no trasmisibles y prevenibles, provocan, respectivamente, el 15% y el 12% de los casos de ceguera a nivel mundial.

Con el propósito de contribuir en la prevención y en la disminución del impacto de las patologías oculares se hace necesario incluir e este esfuerzo a todos los agentes de salud, especialmente a aquellos cuyas intervenciones iniciales pueden modificar los riesgos asociados, los factores incidentes y, por lo tanto, la historia natural de la enfermedad.

El glaucoma, la retinopatías diabética, la retinopatía hipertensiva  y la degeneración macular asociada con la edad constituyen ejemplos claros de tales procesos.

Puede afirmarse que pequeñas modificaciones en el estilo de vida y en los hábitos nutricionales contribuyen con la disminución del riesgo  y con la mejoría en el pronóstico de pacientes con patologías como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial y tal efectos se ven reflejados el las patologías oculares asociadas a estas enfermedades.

Dentro de las actividades en la atención de la salud, pocas ejercen cambios tan drásticos  y apreciables en el tiempo como aquellas vinculadas con la modificación de las costumbres alimentarías  y el abandono del tabaquismo. La degeneración macular se constituyen en la patología ocular que mayor relación tiene con la dieta.

 Estudios recientes comprueban que el incluir en la dieta carotenoides del tipo de la luteína y de la zeaxantina, adicionar ácidos grasos omega 3 y 6, disminuir la ingesta de carbohidratos, y restringir el consumo de tabaco pueden contribuir a la disminución del riesgo en la degeneración macular

La degeneración macular asociada con la edad  (DMAE) es una enfermedad que disminuye la función fotorreceptora de la retina llevando a una disminución progresiva e importante de la agudeza visual. Es la primera causa de ceguera en los países industrializados, afectando hasta al 85% de la población mayor de 65 años.

Varios factores han sido claramente identificados como de riesgo para su aparición, el más importante entre ellos, la exposición acumulada a la radiación ultravioleta que conduce a la destrucción de fotorreceptores y la acumulación de productos de desecho y depósitos de calcio a nivel retiniano. Procesos reparativos ineficientes y neovascularizacion parecen ser  su causa.

Como mecanismos de protección contra estos procesos actúan los medios transparentes del ojo (cornea, cristalino y humor vítreo), la melanina, el metabolismo de los fotorreceptores, y, el consumo de carotenoides, ácidos grasos omega 3 y 6 y zinc en la dieta.

Los carotenoides luteína y zeaxantina, derivados de la vitamina A,  actúan como filtro para la luz azul, se encuentran en plantas, algas y bacterias fotosintéticas y deben hacer parte de la nutrición diaria a través del consumo de alimentos como repollo, espinaca, lechuga, coles, pimientos rojos, maíz, mostaza y yema de huevo.

Los ácidos grasos omega 3 y 6 son ácidos grasos esenciales, que se encuentran especialmente en peces de agua fría como el salmón, peces azules como la sardina, y en otros alimentos como linaza, nueces y calabaza. Su efecto protector se ejerce solo cuando se encuentran en proporciones que varían entre 5:1 y 2:1.

La evidencia que soporta la asociación entre factores dietarios y DMAE es amplia. Tres estudios recientes que se citan brevemente a continuación enfatizan este concepto:

El estudio CAREDS (Carotenoids in age-related Macular Denegeration) (2) de 2006, realizado en mujeres entre los 50 y los 79 años de edad en los Estados de Iowa, Wisconsin y Oregon en los Estados Unidos de América, y que incluyó a 1.787 pacientes observadas a lo largo de 7 años, demostró que dietas ricas en luteína mas zeaxantina protegen contra la DMAE en mujeres menores de 75 años de edad sin comorbilidad.

El consumo de tabaco mostró ser un importante factor de riesgo para DMAE en The US Twin Study of Age Related Macular Degeneration de Johanna M. Seddon et al. (3), realizado en 2006 con la participación de 681 gemelos  provenientes de diversas regiones de los Estados Unidos de América. El mismo estudio señala que la ingesta rutinaria de proporciones adecuadas de ácidos grasos Omega 3 y 6, actúa como factor protector en relación con DMAE.

El índice glicemico, es decir, el aumento del área bajo la curva de respuesta a la ingesta de glucosa, es un factor de riesgo independiente para DMAE, tal como lo expone el Nurses´s Healt Study, en el que 526 enfermeras del área Boston fueron incluidas.

Basados en estos estudios, la importancia del cuidado de la salud visual se convierte en un compromiso de otras especialidades como la de los nutricionista, pues desde su trabajo pueden contribuir a la educación y a la prevención de enfermedades visuales que puedan ocasionar daños irreversibles en el ojo, desencadenando no solo problemas de salud visual si no de diferentes índole, debido a que un paciente  con problemas visuales ve truncado el desarrollo  normal de su vida tanto a nivel laboral como social.

De igual forma debemos tener presenta  visita al oftalmólogo en pacientes sanos recomendad por la Academia Americana de Oftalmología.

 

edad

Frecuencia recomendada

Niños
0-10 años

Un niño visualmente sano debe hacer 5 visitas

Valoración 1: del 0 al 30 día de nacido (especial importancia en bebés prematuros
Valoración 2: cuando el niño tenga 1 año
Valoración 3: entre los 3 y los 3 años y medio
Valoración4: a los 5 años
Valoración5: a los 8 años

Para niños con problemas visuales la frecuencia de visita es cada año

Adolescentes
10-18 años  

De los 10 a los 18 años  se debe hacer mínimo 2 exámenes por oftalmólogo

Adulto joven
18 a 40 años

De los 20 a los 29 mínimo 1 vez
De los 30 a los 39 mínimo 2 veces 

Adultos mayores
(mas de 40 años)

De los 40  a los 65 cada 4 años
Después de los 65 cada año

Por eso lo invitamos que a través de su trabajo se una con nosotros en la prevención de la ceguera, educando al paciente sobre los beneficios de una buena alimentación en su salud visual y si observa que alguno puede tener riesgo de alguna enfermedad visual no dude en remitirlo al oftalmólogo, ante cualquier duda puede consultar nuestra página web www.acg.org.co o comunicarse al 6164585

Referencias

1. Asamblea Mundial de la Salud No 59, 24 Abril de 2006.
2.Arch. Ophtalmolo. 2006; 124: 1151-1162
3.Arch. Ophtalmolo. 2006; 124: 995-1001
4.Am J Clin Nutr 2006; 83: 880-88


 

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